Los sueños.

Dicen que soñar es sinónimo de ilusionarse, pero yo creo que no lo es. Soñar es mucho más que eso. Para mí, ilusionarse es pensar que pronto ocurrirá una opción, como cuando tiras una moneda, y tú quieres que salga la cara, mientras que tu amigo la cruz, porque deseas que ocurra esa opción. Ambos teneís una ilusión. Pero no soñais con que caiga cara o cruz. 

Soñar es algo más grande, y lo mejor de soñar, es que puedes hacerlo en cualquier lugar, cualquier ocasión. La gente dice que soñar es malo, que es mejor tener los pies en la tierra, pero no creo en esa filosofía. La mayoría (por no decir todos) de los grandes logros han sido antes soñados. Puedes soñar con muchas cosas, pero para mí, los mejores sueños son esos en los que sonríes sin querer, esos que se te ocurren mientras divagas perezosamente, tumbado en la cama.... Y que, tras entusiasmarte mucho con ellos, sigues teniendo presentes en tu vida. Tal vez no encuentres tus mejores sueños en tu cama, si no en algún lugar, en algo que, sin tú quererlo, atraiga toda tu atención. Hay muchas maneras de encontrar sueños, ellos mismos están perdidos, están por todas partes, pero no todos te corresponderán a ti. De lo que estoy segura, es que no los encontrarás buscándolos, si no explorando, dentro, o fuera de ti. Pero todo esto no es tan fácil, una vez que tienes un sueño, tienes que esforzarte para llevarlo a cabo, de la otra manera se perderá de nuevo y no volverás a encontrarlo, o ya será demasiado tarde...

Por eso, atrévete a soñar, con lo que tú más quieras. Pero no te olvides de conseguirlo, o, al menos, intentarlo. No importa si fallas, siempre llegará uno mejor.